Es tal el bombardeo publicitario al que nos vemos sometidos que al final, los impactos acaban pasando desapercividos, se vuelven cotidianos y, en su mayoría, hasta vanales.
VERMIBUS se encarga de secuestrar esos anuncios tan comunes y los transforma. Lo hace con los carteles publicitarios de las marquesinas y los paneles de Berlín, los lleva a su estudio y los somete a un proceso de deconstrucción para que abandonen la vida para la que fueron creados.
Y se adentran en otra muy distinta. Su función cambia y adquiere una importancia estética brutal.Tras el cambio acaban mostrando la esencia de lo que esconden: una mirada, un gesto, una sonrisa, seducción...
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